Ya no existe una clase política y el resto, gente común. Los ciudadanos son cada vez más los líderes de sí mismos y nunca jamás las ideas propias hablaban por sí solas, traspasando la barrera de la ilusión y del cambio. Si ahondamos en el porqué de este nuevo sublevamiento, comparándolo con el de la bourgeoisie que inició la transición entre las clases ciudadanas de los burgos europeos, las nuevas voces que se alzan son individuales pero unidas por un denominador común: la indignación.
Es la llamada Cumbre del Clima de 2011, la decimoséptima Conferencia de las Partes que celebra la UNFCCC (COP17) y la séptima desde que se ratificase el Protocolo de Kyoto (CMP17). Y se está celebrando en Durban (Suráfrica). Como el sol que se levanta cada día en el horizonte del continente que dio a luz al Homo sapiens, durante estos días, los mejores Homos Pensums de la Tierra se dan cita para dar a luz a la nueva especie; Homo sapiens (Subsespecie) irratio. Aquella incapaz de defender argumentos que protejan el común de la diversidad del planeta, no solo de sí mismos.
Un ejemplo de ello, la Directora de la organización Greenpeace quien asistió los primeros días de la cumbre, aseguró que su prioridad era, desde que fuese elegida, el “cambio climático, cambio climático y cambio climático”. Como si se tratara de una invocación frente al espejo de medianoche y fuera a amanecer con los problemas resueltos. Pero se equivocaba, y no ha podido contra las leyendas mayas, tampoco contra las visiones de Nostradamus. Ni contra la propia Mafalda. El resultado: su propia abdicación al puesto por la defensa del cambio climático, cambio climático y cambio climático.
Los líderes no pueden ser más los grandes ejes de la política y stakeholders, los líderes contra el cambio climático somos el resto de los Homo sapiens que aún caminamos en el camino de la libertad que se nos deja seguir o que por otra parte elegimos seguir… puesto que en un mundo donde la cosmovisión del capitalismo aún mantiene la fuerza frente a la crisis, parafraseando a García Márquez, la crónica de un colapso anunciado está muy latente.
Y cada vez con el pulso más acelerado…
No puedo estar más de acuerdo! Bien dicho!
ResponderEliminarUna acción, por pequeña que sea, puede tener una repercusión a nivel global. Cuando hablamos de medidas que afectan al medio ambiente, la repercusión global puede tener gran trascendencia. Mi preocupación por el medio ambiente viene esta vez de la mano de los glaciares de Argentina y Chile. Puede que en estos países exista cierta intención de aprobar una legislación ambiental de protección a los glaciares (ojo, que una intención no tiene porqué significar nada). Sin embargo, si no existe un compromiso por parte de ciertas potencias mundiales en la protección ambiental, de nada sirven los esfuerzos de estos países por legislar. Es más, dirigiendo todas las miradas a Durban y previendo cuáles van a ser los logros de esta cumbre, Cristina Fernández podría justificarse frente a sus ciudadanos argentinos con una frase bastante contundente y desesperanzadora: “De nada sirven nuestros esfuerzos si al resto del planeta no le importa el medio ambiente”.
ResponderEliminarSinceramente, con los 5 millones de parados que hay en España, es lógico que a nivel gubernamental no importe demasiado el medio ambiente hoy en día. Y ya nos digamos en Latinoamérica...
ResponderEliminarOjo!! Uno de los mayores problemas que subyacen a esta crisis global (no sólo económica) en la que nos encontramos es el hecho de compartimentalizar problemáticas que, lejos de ser independientes, tienen multitud de conexiones.
ResponderEliminarRelegando el medio ambiente a una cuestión casi bucólica en las políticas a todos los niveles, no hacemos más que que enterrar un problema de peso vital para plantear opciones políticas verdaderamente verosímiles y realistas. Los 5 millones de parados no van a desaparecer por descuidar el medio ambiente; sin embargo, otro tipo de gestiones respetuosas con el medio y sostenibles a largo plazo, claro que puede tener repercusiones positivas sobre la realidad social.
Esther, ¡interesante comentario! no se me había ocurrido pensar en la relación tan directa que puede haber entre las decisiones que se tomen en la COP17 y la política ambiental que puede regir a patir de ahora en un país, como es el caso de los de la Patagonia. Si al mundo no le interesa la protección de los glaciares ¿por qué les va a interesar a ellos? Al fin y al cabo, los países latinos no es que sean grandes potencias económicas y una buena protección medioambiental supone un esfuerzo mayor que para países económicamente más avanzados. ¡Buen debate el aquí creado!
ResponderEliminarPersonalmente pienso, y especialmente en el debate que ha surgido sobre si a las potencias mundiales no les interesa proteger el planeta porqué le iba a interesar a un pais económicamente menos avanzado, que no es motivo suficiente para no continuar conservando. Es decir, y latinoamerica nos da ejemplos diarios de ello, es que la sociedad depende del estado de los ecosistemas y eso es indudable, las tribus y gentes rurales (muy vinculadas de forma directa con la naturaleza) son los más interesados en conservar y la sostenibilidad. Saben que es su sustento, el oro no es comestible y si los frutos de la tierra y su agua. El problema viene cuando entra en juego el modelo económico mundial, en el que se importan recursos naturales y se exportan las externalidades negativas. El problema es la justicia ambiental y la falta de ética y valores morales en la sociedad del llamado primer mundo.
ResponderEliminarEn cuanto a que a nivel gubernamental no interesen los problemas ambientales mientras hay 5 millones de parados es una craso error por parte de los gobiernos. En primer lugar, los problemas del desempleo no son mas que el resultado de un modelo económico y de desarrollo defectuoso y erroneo que debe ser cambiado. El numero de desempleados no es mas que la punta de un gran iceberg que oculta muchos problemas de fondo como son la injusticia social y ambiental que promueve. Es por eso que un gobierno progresista debe anticiparse y promocionar la sostenibilidad para no comprometer más aún el futuro. Es posible reducir el paro a través de empleos verdes y de una economía saludable. ¿Cual? de eso es de lo que se debería de hablar en los congresos y no de solucionar los problemas con las mismas herramientas que nos han llevado a esto. Y por último, me sumo al comentario de Violeta.
Enhorabuena, me gusta vuestra implicación.Está claro que a los dirigentes políticos no les interesa para nada el cambio climático y los desastres que el ser humano con su egoísmo provoca al planeta. Poco a poco se oyen más voces y nos involucramos más, pero aún somos muy pocos. Espero que nunca os déis por vencidos!
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