Uso de veneno para eliminar depredadores
con el fin de proteger otros animales. ¿Es esta una práctica racional?
Evidentemente no.
Hace más de un siglo, esta
actividad fue utilizada con normalidad ya que la Ley de caza de 1879 así lo
permitía. Sin embargo, en 1983, se convirtió en una práctica ilegal debido a
que es un método de eliminación masivo y no selectivo, puesto que afecta a
multitud de especies a las que no va dirigido, muchas de ellas, especies
amenazadas.
La expansión del lobo y de otras
especies ha llevado a muchos pastores, cazadores y agricultores a replantearse
distintos métodos de protección de su ganado, caza y cultivos. El más eficaz:
el uso del veneno. Para ello, añaden estricnina, aldicarb, carbofurano,… a
cebos dirigidos a lobos, zorros,… El problema va más allá, y es que cuando
lobos y zorros mueren, las especies carroñeras pasan a hacer su función:
alimentarse del animal muerto. De esta forma, el veneno llega a buitres negros,
buitres leonados, alimoches, quebrantahuesos,… produciéndoles la muerte.
Además, en muchas ocasiones son los perros de los mismos pastores y cazadores los
que caen en sus propias las trampas.
El panorama nacional es bastante
desalentador. Según el programa “Life + veneno” (http://www.venenono.org), en
la última década esta práctica produjo la muerte de unas 7.000 especies
amenazadas, entre las que se encuentran 2.355 milanos reales, 2.146 buitres
leonados, 638 buitres negros, 348 alimoches, 114 águilas imperiales ibéricas,
40 quebrantahuesos, 7 osos pardo y 858 animales de otras especies.
¿Cómo detectar el autor de la
colocación de un cebo situado en medio del monte? La cuestión se caracteriza
por su complejidad, aunque no es imposible. Las labores de vigilancia cobran
especial importancia así como las de sensibilización a la población.
Fuente: asturama.com
Si te encuentras en el monte y ves veneno, comunícalo
inmediatamente al 900 713 182.
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